La Subsecretaria de Educación Parvularia, María Isabel Díaz, dio un cierre simbólico al proceso participativo, para elaborar por primera vez un Marco para la Buena Enseñanza específico para el primer nivel educativo, que se realizó durante este año en conjunto con la Unidad de Inclusión y Participación Ciudadana y el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas del Ministerio de Educación.
“Este proceso es simbólico, porque forma parte de las piezas clave de la Reforma Educacional. Es un camino de legitimación para la educación parvularia, de validación de los profesionales del nivel y de su ejercicio pedagógico y formativo en salas cuna, jardines infantiles y colegios”, afirmó la subsecretaria Díaz.
La participación ciudadana ha sido un sello característico en la implementación de la Reforma Educacional y este proceso en particular contó con tres mecanismos para escuchar las opiniones de todas y todos los convocados: jornadas nacionales para dar a conocer la propuesta de ajuste del Marco para la Buena Enseñanza para Educación Parvularia, consulta online a través de plataforma web y diálogo con expertos vinculados a la primera infancia.
“Formulamos una metodología nueva para poder crear este documento político, incluyendo a toda la comunidad educativa: educadoras, directoras, asistentes de la educación, etc. Es un proceso de participación totalmente vinculante”, señaló Andrés Soffia, coordinador de la Unidad de Inclusión y Participación de Mineduc.
El Marco para la Buena Enseñanza es un referente clave para la evaluación de los y las educadoras, a partir de sus contenidos se diseñarán los instrumentos y estrategias de evaluación específicos para este primer nivel educativo. Además, guía las definiciones y los lineamientos de formación inicial en las carreras de pedagogía en Educación Parvularia.
La educadora de párvulos Mónica Sepúlveda, tiene 28 años de carrera trabajando en escuelas del sector municipal y presentó ante la audiencia su experiencia de haber sido parte de este proceso participativo y lo necesario que era para las profesionales la existencia de estas orientaciones hechas especialmente para la Educación Parvularia.
“Cuando leíamos la primera evaluación en el 2008, era un lenguaje que no nos correspondía, era escolarizante. Había que distinguir entre las prácticas de los docentes en general y las que llevamos a cabo las educadoras de párvulos. Ahora, aquí hay un lenguaje familia y lo más importante es que se pone a los niños como protagonistas”, afirmó la profesional.
Por su parte, María Luisa Orellana, educadora de párvulos, doctora en Educación y docente de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica, señaló que “era una deuda pendiente con la Educación Parvularia, el poder tener criterios claros y consensuados sobre lo que se espera del desempeño pedagógico de las educadoras en el aula”.
Christian Liebber, coordinador del área de evaluación docente del CPEIP que está cargo del Marco para la Buena Enseñanza de Educación Básica y Media también, remarcó el valor de apropiación que tiene este proceso y la existencia de estas orientaciones al decir que “generar este sistema de participación permite que los y las profesionales sean parte y se apropien de lo que significa ser educadora, educador, docente”.
El proceso, que fue liderado por la División de Políticas Educativas de la Subsecretaría de Educación Parvularia y la Unidad de Inclusión y Participación Ciudadana tuvo una gran convocatoria logrando tener 9600 usuarios en la consulta online, 14 mil personas en jornadas de reflexión en jardines infantiles y colegios públicos, además de 184 participantes en las siete jornadas nacionales que se realizaron este año.
Se realizaron, además, cerca de 1.500 jornadas de reflexión en diversos establecimientos educacionales. En ellas se logró convocar a más de 13 mil actores: directores, jefes de UTP de escuelas, docentes de enseñanza básica, técnicos en educación parvularia, estudiantes y profesionales de equipos técnicos en niveles nacionales y regionales de las distintas organizaciones del primer nivel educativo y representantes de otras instituciones ligadas a la primera infancia.