En ocasiones, las comunidades se enfrentan a eventos sorpresivos que irrumpen inesperadamente en la vida de las personas y alteran las rutinas, sobrepasando a veces las capacidades personales para enfrentar el problema. Estos cambios o alteraciones de la vida de niños y niñas pueden ocurrir en sus contextos familiares, en los ambientes educativos y también en sus territorios, barrios y comunidades. Como se ha observado en situaciones de catástrofes naturales, niños y niñas pueden vivenciar la separación de sus familias o la pérdida de sus espacios físicos significativos (hogares, salas cuna, jardines infantiles, escuelas, plazas).
Las situaciones de emergencias y desastres son experiencias que pueden afectar el bienestar integral tanto de niños y niñas, como de los adultos que forman parte de las comunidades educativas y los diversos territorios afectados por las mismas. Estas vivencias generan situaciones físicas y emocionales, que tienen efectos importantes en diferentes ámbitos de la vida de las comunidades y, específicamente, de los niños y niñas, quienes son uno de los grupos más vulnerables a los efectos de las crisis, emergencias o desastres, los que pueden verse afectados de manera especialmente grave. Por ende, es importante identificar estos efectos adversos y ofrecer un apoyo oportuno.
A continuación compartimos orientaciones y recursos que buscan entregar apoyo a niñas, niños y comunidades ante este tipo de situaciones.