La implementación del Sistema de Desarrollo Profesional Docente (SDPD) ha sido uno de los grandes desafíos de la política pública del Ministerio de Educación durante la última década. Esta política, creada a partir de la Ley 20.903, tiene por objeto “reconocer y promover el avance de los profesionales de la educación hasta un nivel esperado de desarrollo profesional, así como también ofrecer una trayectoria profesional atractiva para continuar desempeñándose profesionalmente en el aula” (artículo 19, inciso primero del Estatuto) y, de esta manera, impulsar procesos de mejora continua que impacten positivamente en el aprendizaje, desarrollo y bienestar integral de todas las niñas y niños.
En ocasiones, las comunidades se enfrentan a eventos sorpresivos que irrumpen inesperadamente la vida de las personas y alteran las rutinas, sobrepasando a veces las capacidades personales para enfrentar el problema. Estos cambios o alteraciones de la vida de niños y niñas pueden ocurrir en sus contextos familiares, en los ambientes educativos y también en sus comunidades. Como se ha observado en situaciones de catástrofes naturales, niños y niñas pueden vivenciar la separación de sus familias o la pérdida de sus espacios físicos significativos (hogares, salas cuna, jardines infantiles, escuelas, plazas).
Es fundamental considerar que la familiarización a este nuevo ambiente es un proceso que cada niño y niña vive de manera única y que está influenciado por el desarrollo, las experiencias previas, el vínculo con adultos significativos, entre otras múltiples variables a considerar al planificar este proceso. Estas variables son igualmente importantes al implementar las acciones planificadas, con el fin de hacer los ajustes que sean pertinentes, oportunamente, para resguardar en todo momento el bienestar integral de cada uno de los niños y niñas.
Las salas cuna, jardines infantiles y escuelas son espacios privilegiados para el encuentro y el restablecimiento de una nueva cotidianidad, que requiere también promover bienestar psicosocial en condiciones de emergencia en todas las
personas que participan de la comunidad educativa.
En momentos difíciles es importante que apelemos al rol que cada uno desempeña en la comunidad educativa, así como a la colaboración y solidaridad entre quienes la integramos, pues esto brindará un mejor espacio para los niños y niñas.
A continuación compartimos un documento con orientaciones enfocadas en los equipos pedagógicos.
El objetivo del documento es promover la planificación y ejecución de acciones de apoyo socioemocional en las comunidades educativas, activando diálogos y reflexiones participativas al respecto.
Comprender la importancia que tiene el manejar de manera oportuna el impacto de un evento catastrófico en los niños, niñas y adolescentes es una forma de proteger sus derechos, los que se ven afectados especialmente en situaciones como esta. Asistir a la infancia frente a la vulnerabilidad es un deber que nos compromete a todos y a todas, y esperamos que esta guía sirva para ese propósito.
Te presentamos un resumen del Presupuesto 2022 de la Subsecretaría de Educación Parvularia, a través de sus distintas glosas y detalles.